WERTCILIDAD Y CATATONÍA
Muchas voces se han oído desde que se
publicó el anteproyecto de la LOMCE. Curiosamente, la más sonora de todas ha
sido la voz del ministro de Educación. José Ignacio Wert se ha preocupado de
lanzar cada día una frase cargada de la fina ironía que dicen que le
caracteriza, por donde se aparece, en iluminada epifanía, la ideología
exclusivista que representa. A pesar de que el ruido de los docentes no ha sido
poco, él ha contribuido, un día sí y otro también, a estimularlo. Mucho ruido,
demasiado ruido. “Que hablen de mí, aunque sea mal”, habrá pensado el ministro.
Sabemos que sí se ha acostumbrado a las críticas en el cargo, afirmación que no
deja de ser otra bomba incendiaria. Pero si se piensa mal (es cuando se suele
acertar), estas frases, que han dado en llamarse imwertcilidades -neologismo
acuñado para referirse a las “ocurrencias del ministro Wert”-, no son simples
meteduras de pata de tertuliano neocon. Este proceder no es fruto de la
casualidad, sino de la causalidad: “Mientras hablan de mí no lo hacen de otras
cosas”. Así, creo que podríamos hablar más bien de wertcilidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario