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martes, 19 de mayo de 2015

¿Educación o adiestramiento? Los peligros de las evaluaciones externas.



Durante este mes de mayo estamos inmersos en un proceso de evaluaciones externas en los centros de enseñanza obligatoria. Ya se han realizado en primaria, en 4º la evaluación internacional Timms, la prueba de 3º. y, ahora, le toca el turno a secundaria con PISA. En próximos cursos se añadirán las de 6º de primaria, 4º de la E.S.O. y 2º de bachillerato. O sea, que un alumno va a ser evaluado externamente un mínimo de 4 veces, y si tiene suerte 6 o 7.
Podría dar la impresión que los docentes no sabemos hacer nuestro trabajo y que no conocemos a nuestros alumnos, ya que no parecemos saber cómo van en lengua o matemáticas, o si han adquirido las suficientes competencias para tener una titulación.
Pero analicemos hacia dónde nos lleva esta carrera de obstáculos en la que están convirtiendo la educación en este país.
En primer lugar, se supone que debemos enseñar para que nuestros alumnos adquieran unas competencias clave. Estas competencias son 7 en estos momentos, pero en la mayoría de estas pruebas solo se evalúan 2 o 3 de ellas: principalmente lectura comprensiva y razonamiento matemático. Hay 7,  sí, pero las que importan son dos y las otras son unas “marías”. Primera conclusión: dediquémonos a la lengua y las matemáticas, que así quedaremos bien en el ranking, que, total, ¿para qué vamos a educar en la competencia social y ciudadana si eso no va a aparecer en ningún lado?.
En segundo lugar, ya que hemos mencionado el ranking de centros, ¿qué validez puede tener la ordenación de los centros según sus resultados, cuando no todos parten del mismo lugar?. Aquí conviene recordar que en La Rioja, según las estadísticas del ministerio (pues nuestra consejería no publica estos datos) tenía el curso 2013-14, un 15% de alumnado extranjero; del cual un 81% estaba escolarizado en centros públicos y un 19% en los privados. Si nos vamos a la escolarización obligatoria, las diferencias son mayores, con casi un 20% de alumnado extranjero en la enseñanza pública frente a  un 6 o 7%, en la privada. Y si vamos al origen de ese alumnado, nos encontramos que el 85% del procedente de África, Asia y la UE (en su mayoría Rumanos), está escolarizado en la enseñanza pública; siendo los alumnos con esa procedencia los que conllevan lógicamente mayores problemas con el idioma; mientras que las diferencias se reducen en el caso de los procedentes de América Latina, cuyo idioma materno es también el castellano.  A esto hay que añadir que la política educativa de la Consejería de educación, ha propiciado la concentración de ese alumnado en determinados centros, en los que el porcentaje de alumnado de procedencia extranjera puede ser, en algunos cursos, cercano al 90%. Segunda conclusión: estas evaluaciones externas no sirven para ver si un centro es mejor que otro, como nos quieren hacer ver, sino para constatar que la igualdad de oportunidades no es una realidad para los escolares de nuestra comunidad autónoma, aunque no será esa la lectura que se haga en muchos medios.
En tercer lugar, y seguimos hablando de rankings, la primera evaluación de ese tipo a la que nos vamos a enfrentar es la de 6º de primaria del próximo curso. Entre que los maestros querremos que nuestros alumnos y alumnas obtengan buenos resultados, y que nuestro centro quede bien, pues de eso puede depender la matrícula de los cursos siguientes, nos tememos una carrera desenfrenada por entrenar a nuestros alumnos en la realización de pruebas de ese tipo; olvidándonos un poco de la tarea educativa, para convertirnos en entrenadores. Vamos a convertir los cursos en los que se realicen esas pruebas, en un 2º de Bachillerato, en la que los profesores instruyen a sus alumnos para que superen la PAU. De hecho, ya hay alguna editorial que se vende diciendo que sus nuevos materiales para 6º de primaria están programados para acabar los contenidos del curso en mayo  para dedicar el resto del curso a preparar la prueba final. Tercera conclusión: Los centros educativos corren el riesgo de convertirse en centros de instrucción en vez de educación.
En cuarto lugar, todo este despropósito tiene como punto de partida la moda de las evaluaciones externas empezada por PISA, que está organizada por la OCDE que, recordemos, no es una organización educativa sino económica, implicada según algunos economistas en el origen de la crisis económica en la que estamos inmersos. Los países quieren sacar pecho en esas evaluaciones, llegando a la conclusión de que si tienes buenos resultados, tienes un buen sistema educativo; lo que es más que cuestionable. Por ejemplo, los países asiáticos obtienen buenos resultados pero, ¿queremos parecernos a lugares en los que estudian 16 horas más que la media de los países de la OCDE, están en el colegio más de diez horas diarias para, posteriormente, ir a academias privadas con el fin no bajar la guardia en sus notas, y donde el 90% de las familias gastan una media de unos 400 euros al mes en estas academias privadas fuera del horario escolar para completar la formación de sus hijos, y, a causa de esto, el índice de suicidios en adolescentes por estrés escolar esde los más altos del mundo?. Cuarta conclusión: Los modelos educativos de “éxito” que plantean estas evaluaciones no siempre son los más adecuados.
En quinto lugar, hablemos de los costes deestas evaluaciones. Entre los años 2010 y 2013 el estado español gastó dos millones y medio de euros y, para esta edición: entre pruebas piloto, estudios, traducciones y demás, ya se han adjudicado contratos por la friolera de 665.303 euros, a los que hay que sumar la parte de la aplicación,  que es la mayor; con lo que este año puede llegar a los 3 millones de euros. Y esto es solo PISA, sumemos TIMMS, PIRLS, y demás evaluaciones de diagnóstico. Nos podemos encontrar con una cifra de vértigo. No sabemos cuánto nos cuestan estas evaluaciones en la Rioja. Quinta conclusión: En época de crisis siempre hay gente buscando nuevos nichos de negocio, y hay quien pretende hacer negocio con la educación, favorecido por la actitud de las administraciones públicas. Tomemos por ejemplo la empresa encargada de realizar la aplicación de las pruebas TIMMS,  que es la llamada TYPSA. Pues bien, su presidente es Carlos del Álamo Jiménez, exconsejero de medio ambiente de la Xunta de Galicia en la época del hundimiento de el Prestige. Aquel que se vio obligado adimitir por su gestión. Sí, sí,  el que estaba cazando con Fraga mientras se hundía. ¿Será casualidad?
Conclusión final: Pidamos a nuestros políticos y gobernantes que paren este despropósito y se comprometan a parar esta locura de las evaluaciones para que en los centros de enseñanza nos podamos dedicar a lo que nos dicta la constitución que dice: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”, y no a adiestrar a los alumnos para pasar unas pruebas.

Movimiento Social por la Enseñanza Pública Riojana

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